Juan Stok

Siempre me costó encajar en la rutina. Encontré en el arte una forma de escapar. Al principio me fascinaban los autos y la arquitectura, pero la pintura se volvió mi manera de entender el mundo.

La naturaleza me inspira: su ritmo y movimiento constante. Últimamente me sumergí en la filosofía estoica y esotérica, que me ayuda a conocerme.

Exploré varios estilos: surrealismo, impresionismo, renacimiento y abstracto. Pintar pasó de ser un desahogo a una meditación.

Juego con texturas, contrastes y formas para invitar a la introspección. Pinto para quienes buscan un respiro en medio del caos.

Uso geometrías elegantes, pero también pinceladas orgánicas. Quiero que mis obras hablen y acompañen.

Antes de pintar, creo un ambiente especial. Es un ritual que me conecta y me pone en flujo.

El arte es emoción y energía. Quiero que mis obras se sientan vivas y revelen sentidos nuevos con el tiempo.

Trabajo con acrílico, pasteles y bocetos, buscando tocar al otro por dentro.

En el silencio se escucha lo que llevamos dentro. Alejarnos de lo automático es el inicio del viaje interior.

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